Viajar a Cartagena fue como inhibir su alma, soltarla libre, la hizo sentir como cuando sueltan a muchas vacas dentro de un corral: podía hacer y comer lo que quisiera. Se sintió como una paloma libre. Se podría decir que es un camaleón: cuando escucha mùsica se convierte en una gata, “la gata bajo la lluvia”, su canción favorita.

Cuando pinta, toma la libertad y riesgo de los caballos, sus trazos favoritos. En su día a día es como un buho, su animal favorito: sigilosa, inteligente y muy astuta. Sus ojos verdes, siempre delinados de negros, son el perfecto contraste con su seriedad y su más de 1,75 cms de altura.

Un trago de aguardiente tapa roja mezclado con manzana y al ritmo de la “gata bajo la lluvia” es una de las mezclas perfectas con las que ella suele disfrutar sus viernes por la tarde. Tania es la única mujer trans en Ortega, Tolima. Desde pequeña se lanzó al ruedo y estudió esteticista en el barrio Restrepo de Bogotá. Frentera, confrontativa, sincera y muy cómica son algunas de las descripciones con las que se puede asociar a esta mujer ibaguereña. Su gran altura y competitividad la llevaron a jugar baloncesto desde una temprana edad.

La vida no ha sido fácil para ella. Desde joven la señalaron por ser “trans” y por tener una relaciòn con un hombre. Los señalamientos y murmullos en complicidad con el poder que ejercìan diferentes grupos armados en el sur del Tolima la llevaron a coger sus cosas e irse para difernetes ciudades del mundo como Quito o Navarra.

"Mi nombre es Tania y eso significa que tengo tanto para dar, que ofrecer a mi gente. Mi arte me ha enseñado lo que le puedo dar a la gente"

A pesar de que ha estado en diferentes partes del mundo, su sueño es tener una casa propia en Ortega. Fue una de las invitadas especiales por la Comisión de la Verdad al encuentro #MiCuerpoDiceLaVerdad. Su rostro y su hisrotia dejan la vara alta para que todas las personas LGBT de Ortega la imiten.